La Biblioteca Jordano Barea incluye la donación realizada a la Universidad de Córdoba por los hijos del veterinario y catedrático de la Facultad de Veterinaria, Pedro, Diego y Mª Ángeles Jordano Barbudo.
Ofrece más de mil doscientos documentos relacionados principalmente con las ciencias, desde las matemáticas o la biología a la agricultura o la informática. Cabe destacar la gran cantidad de diccionarios y métodos de distintas lenguas (francés, alemán, inglés, ruso, griego, italiano…), como estudioso de los idiomas que fue, así como un gran número de separatas de diversas publicaciones.
Consulta: Biblioteca Maimónides. Campus de Rabanales
Procedencia: Donación realizada por la familia Jordano Barbudo
Fecha de ingreso: 2020
Diego Jordano Barea. Córdoba, 6 de noviembre de 1918 – 11 de febrero de 2002.
Catedrático de Biología Aplicada de la Facultad de Veterinaria.
En 1943 obtuvo el premio extraordinario de licenciatura, y en 1945 el título de diplomado en estudios superiores de veterinaria en la Facultad de Veterinaria de Madrid, donde posteriormente se doctoró.
Se tituló como analista de sistemas (1973) y como técnico de sistemas (1972). Siempre destacó por su enorme interés por el conocimiento, su compromiso con la innovación, su férrea voluntad, su capacidad organizativa y su vocación didáctica.
Su producción científica se traduce en la publicación de unos 130 trabajos, algunos presentados como comunicaciones en congresos, trabajos que abarcan desde la biología celular, la microscopía electrónica, la botánica, la zoología, la parasitología, la genética, la biometría, las matemáticas topológicas, la informática, la bio-informática, etc., 20 libros y capítulos de libros, 21 tesis doctorales dirigidas, así como diversos artículos de divulgación en prensa.
Llegó a ser Vicedecano (1955) e incluso Decano (1978). Consiguió importantes y valiosos recursos que puso al servicio de todos los investigadores de la UCO, como la compra del primer ordenador electrónico que hubo en la provincia, la creación del Centro de Cálculo Electrónico de la Facultad de Veterinaria (1964), la del Centro de Microscopía Electrónica o la del Instituto de Zootecnia y de la revista Archivos de Zootecnia, a los que prestó una gran dedicación personal mantenida durante décadas hasta su jubilación.
